Desde prácticamente inicios de este mes de abril, he escrito una frase en mi agenda que utilizo diariamente, dice así:
"Hoy es el primer día del resto de mi vida".
Sencillamente, es así. He decidido empezar de nuevo. Esta vez partiendo desde cero. Olvidando todo lo malo del pasado. Desechando todas las malas experiencias que deseo, queden atrás. Que mi mirada al pasado sea solo para aprender de los errores que cometí y tomar nota, de aquí a medio y largo plazo. He decidido replantearme ciertos aspectos de mi vida, como qué voy a hacer con ella, hacia dónde voy a dirigir mis fuerzas en cuanto a estudiante que soy. Y por ello, he decidido a escribir esta entrada.
Hace un tiempo entré en contacto con el mundo de la Psiquiatría y la Psicología Clínica y, a día de hoy, se han convertido en mis grandes pasiones. El hecho de que un fármaco puede remitir, parcial o totalmente síntomas como el delirio o una alucinación, me hace plantearme lo poderosas que son estas disciplinas. El cómo la Terapia Cognitivo-Conductual hace que, lentamente, tu capacidad de pensamiento y raciocinio se vayan moldeando y rehabituando a nuevas perspectivas y enfoques. Además, el trabajo de estas ciencias con respecto a las emociones del ser humano, me hace valorar lo diferente que se le puede ayudar a una persona afecta por un problema de salud mental con respecto al resto de áreas de la medicina. Y en base a esto, creo que la humanidad es la cualidad fundamental para ser médico.
A partir de este momento, emplearé y encaminaré todas mis fuerzas hacia esta maravillosa profesión que es la medicina, y si tengo la dicha de poder terminar la carrera y obtener una nota adecuada en el examen Mir, dedicarme a ayudar a personas con problemas de salud mental, desde el campo de la Psiquiatría.
Opino que esta disciplina está muy centrada en el tema farmacológico, y me gustaría ser un profesional de la salud mental que ayudase a sus pacientes desde una visión también psicológica, colaboradora y empática. De ahí mis deseos de convertirme, como mi mentora, en un psiquiatra psicologizado.
Opino que esta disciplina está muy centrada en el tema farmacológico, y me gustaría ser un profesional de la salud mental que ayudase a sus pacientes desde una visión también psicológica, colaboradora y empática. De ahí mis deseos de convertirme, como mi mentora, en un psiquiatra psicologizado.
Diario de un perdedor que se ha levantado: aquí me encuentro, tres años después, con una perspectiva similar, varias heridas de guerra a mis espaldas y en el alma, pero con una mochila llena de experiencias fructíferas en este largo tiempo transcurrido. Fiel a mi esencia, sigo con estos mismos deseos y, proyectándome en el futuro, me veo como un posible trabajador en este ramo de la medicina. Inicio hoy, 14 de febrero de 2020, un replanteamiento vital en el modo de abordaje de este proyecto personal, puesto que los anteriores planes que me había trazado no surtieron el efecto buscado. Me muestro esperanzado en iniciar ahora una nueva senda, desprovisto de tanto peso que cargaba en mi equipaje. Ese proyecto que tenía y sigo manteniendo de ser un buen psiquiatra psicologizado bien está por ver, como todas las circunstancias incontrolables de este futuro que se nos da, inciertamente... pero confío en que los procesos cristalicen en la vida y en el corazón a su debido tiempo y espacio, y yo algún día pueda cambiar el mundo, salvándome a mí.
1.- Crear una estructura sólida que me haga ser medianamente competente, social y académicamente (hábito de estudio), para llegar a ser alguien mejor a quien era.
2.- Mayor afianzamiento de la esfera social.
3.- Crear y mantener en el tiempo hábitos saludables de alimentación y ejercicio, para sentirme mejor física y emocionalmente, fortaleciendo mi autoestima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario