Entre tus nubes y mis
contraluces, fuiste
cubriendo el cielo con las cruces que
terminaron por tapar el sol.
La
canción comienza refiriéndose a la falta de claridad de la persona a la que uno
amaba en el pasado, de ahí lo de "tus nubes", es decir, se refiere a
la carencia de ideas de un objetivo común para la pareja, a ideas que
enturbiaban la mente de la otra persona y que le impedían ver con claridad.
"Mis
contraluces" hace referencia a mis sombras, la falta de felicidad a su lado, ya que la luz se relaciona con la plenitud del alma y la falta de luz a
la infelicidad.
"Fuiste
cubriendo el cielo con las cruces" se refiere a que, por esas
"nubes" o falta de claridad en las ideas, fue echando a perder la
relación tan bonita que había entre los dos, el "cielo" se cubrió de
"cruces" y ahora sostener esa relación se convirtió en una carga para
la otra persona, tanto es así que todo ésto terminó por "tapar el
sol". Es decir, entre las "nubes" de uno y que la otra persona ya no era
feliz a su lado, el cielo se fue tiñendo de negro y el sol dejó de lucir.
¡Tu voz
sonaba tan arrepentida...! Arrodillado
como un niño en la orilla, desenterrando
un poco de tu amor.
Aquí la
canción habla de la petición por parte del ser amado de una segunda
oportunidad. Se deduce de los versos que, desde que la relación acaba hasta
este nuevo reencuentro, pasa un tiempo muy largo. Ahora el otro trata de
"desenterrar" y buscar en la arena el pasado que construyeron juntos
y todo ese amor que una vez sintió junto a esa persona. Éste es un recurso muy
propio del autor de la canción, Pablo Benegas, quien ya alude el término de
"desenterrar" en la canción titulada La paz de tus ojos:
"sé que me he vuelto a perder, que he vuelto a desenterrar todo aquello
que pasé, no sé ni cómo explicar que solo puedo llorar, que necesito la paz que
se esconde en tus ojos..." Aquí Benegas lo utiliza en un contexto parecido,
la persona a la que el otro amaba intenta desenterrar los recuerdos de una
historia ya pasada, que fue muy bonita en su momento, pero de la que ya no
queda nada, solo recuerdos...
Y ahora
que te digo adiós y se
abren mis alas, me pides
perdón.
Ahora que
me despido finalmente de ti, ahora que "digo adiós" al daño que tu
ausencia me causó, justo en el momento de mi vida cuando más te necesitaba, justo cuando
los días y las ideas se tornaron grises y mi corazón latía en mi soledad y
roto de dolor por la forma en que habías marchado, sin decir nada... Ahora, que por fin me doy cuenta que ése fue el
momento en que se "abrieron mis alas" y que, además, fue ése el punto de partida para que cada vez me sintiera mejor... Ahora, "me pides perdón".
Te quise
como a nada más, como al
respirar. Te quise
como el fuego al viento en una
noche de San Juan.
Yo, que te quise
"como al respirar", con la intensidad con la que es característica que el
viento sople sobre el fuego en la noche de San Juan...
Y ahora
que me voy me das la luna
sobre el mar, ahora que
no hay más destino que el
camino en soledad.
Ahora que
se esfumó la idea de una vida juntos, compartiendo momentos en común, me das
"la luna sobre el mar", es decir, me dices que volvamos a recuperar
un amor que era ingenuo, desinteresado e infinito. Me pones de nuevo la luna en
un mar que se había quedado sin ella. Como bien se sabe, la luna ejerce una
gran influencia en las olas que el mar es capaz de generar.
Ya queda
poco por decir y poco
para recordar, que llora
el río cuando pasa porque
nunca volverá.
Pues
bien, ya no queda nada entre nosotros. "Poco por decir y poco para
recordar". La canción, hasta este punto, no hace más que ofrecernos
imágenes visuales. Aquí nos muestra la imagen de un río que, metafóricamente,
simboliza su paso por un territorio al llanto de una persona por alguien que no
volverá. Lo que significaría la muerte de esa otra persona, pero que aquí, lo
que quiere decir es la muerte de una relación, el fin de un sentimiento.
Las
lágrimas que saben más amargas son las
que llevan dentro las palabras que se
quedaron en tu corazón.
Aquí la
canción refleja la vivencia que tiene la persona a la que amaba. Las lágrimas,
y aquí vemos otra imagen visual, son tan grandes, contienen tanto dolor por ese
amor que ya es pasado y significó tanto en sus vidas, que la persona a la que
tanto quiso no le queda más remedio que guardárselas en su interior, en su corazón.
El amor que en el pasado tuvo en su mano, ahora se ha esfumado completamente...
La noche
siempre trae algún consejo, pero el
silencio aviva los remordimientos. Yo fui en
tu vida un baile sin canción.
Aquí, la
canción habla en primera persona. Dice que la noche, que simboliza la nostalgia
y la idea de vuelta al pasado, se apodera de él de repente y le da por pensar
qué hubiera pasado si le hubiera dado esa segunda oportunidad a ese amor del
pasado, que volvía "desenterrando" recuerdos vividos...
Pero el
tiempo que ha transcurrido desde entonces "aviva", como el fuego, los remordimientos. El silencio, al igual que el fuego, da vida a la idea de que ya no era amado por el otro ser.
El primer día de mi
vida sin ti cosí tu
sombra al viento que se marcha, guardé un
suspiro de después de partir, dejé una
carta para mis fantasmas.
El primer
día de mi vida sin ti, cubrí
recuerdos con sabanas blancas. Soplé en
tu cara todo lo que sufrí. Llegó la
música hasta mi ventana.
La
canción concluye diciendo que a partir del primer día de su vida sin la persona
a la que, en un pasado amaba, todo ha sido liberación. Por fin ha llegado la
armonía, representada como la "música", hasta su ventana, es decir, a
su vida. Dice también que, cada vez que le inunde algún recuerdo de esa
historia pasada, es decir, cuando lleguen los "fantasmas", dejará para ello una
carta escrita recordando todo lo que vivió por esa época para que éstos se
dispersen y no vuelva a tomar una dirección equivocada en su vida. A partir de ahora,
cubrirá "recuerdos con sábanas blancas" que no es más que una forma
de simbolizar que esa historia solo le condujo a una mala etapa en su vida, que
bien podría representarse como la muerte de la propia persona, de ahí lo de las
"sábanas blancas", igual como si estuviera envolviendo a un difunto para darle su último adiós.
Pero concluye mencionando "soplé en tu cara
todo lo que sufrí", porque creo lo que quiere decir es que no le guarda
rencor a la persona que tanto significó para él en el pasado. Simplemente, pretende que la vida siga su curso, cada uno con sus respectivas vidas,
buscando la felicidad cada uno por separado. Pero sin que haya un resquicio de
resentimiento, por éso ahora sí puede decir "hoy es el primer día del resto
de mi vida". Esta frase está inspirada en el positivismo, es decir, todo ese sufrimiento ha significado un punto de
inflexión, el ayer ha quedado ya atrás y hoy es el punto de partida de una nueva etapa, mirando siempre hacia delante.
Y este gusto
por los ventanales lo comparte con Oculiris, para quien la oftalmología es la
rama más bonita de la medicina. Porque cree que, desde los numerosos puntos de
vista que estudian el sistema visual (física óptica, optometría,
neurofisiología, etc.), el oftalmólogo tiene un puesto privilegiado,
central, para integrar todo el conocimiento acumulado y sintetizar este saber
en medidas terapéuticas. La relación del oftalmólogo tan directa sobre el ojo
nos permite entender sus estructuras y su función mejor que cualquier otro. Y
apreciar también su belleza, porque se dice que los ojos son "la ventana del alma al mundo".
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